DANZAS COLONIALES
Los siglos que transcurrieron entre 1550 y
1810 se han denominado “época colonial” debido a la presencia y al dominio
político por parte de los españoles en lo que actualmente comprende el
territorio de Colombia. Durante este tiempo se formó en América una sociedad en
la que las costumbres, la lengua y la religión traídas por los españoles se
mezclaron con la cultura indígena y, más tarde, con la africana. La sociedad
colonial era una sociedad dinámica, viva, que no se mantuvo igual por tres
siglos, allí se comenzó a tejer la nación colombiana de hoy.
Ésta época comenzó con la Real Audiencia de
Santa Fe y terminó con el estallido de la independencia colombiana en 1810.
Esta etapa estuvo enmarcada por el afianzamiento de los españoles en América,
así como por la explotación excesiva del oro y de la cultura indígena del
continente. La Colonia tuvo como principal objetivo el provecho económico de
los territorios conquistados por los españoles a partir el trabajo de indígenas
y esclavos africanos.
La etapa colonial se caracterizó por la
evangelización del cristianismo entre la población indígena y la esclavitud de
hombres provenientes de Guinea, Senegal y Níger en América para labores de
extracción minera, principalmente. La llegada de africanos y españoles favoreció
el mestizaje en Colombia. Los abusos y la corrupción bajo la Real Audiencia y
el Virreinato fueron, en últimas, las causas de la aparición del sentimiento
independentista.
España tuvo su influjo musical, a nivel religioso y popular,
hasta finales del siglo XVIII, pues desde ese momento se comienzan a introducir
en el continente americano sus danzas elegantes de salón en parejas. En la colonia
se imponen valses, polkas, contradanzas, bambucos, pasillos, pero nuestros
ancestros africanos en las partes costeras de Colombia dieron importantes
aportes, destacándose las danzas al aire libre con una gran expresividad de
todo el cuerpo según los ritmos. En Colombia aún se conservan danzas de origen
africano como el mapalé, el congo, el currulao, el abosao, hacen parte de la
riqueza del folklor Colombiano y Latinoamericano. Son tan variadas y de
orígenes tan diversos que llegan a distinguir cada una de las regiones
geográficas de Colombia, convirtiendo la cultura Colombiana en una de las más
ricas del mundo.
La Cumbia
Es un baile de Colombia, país suramericano,
que se originó en la Costa Caribe de estas tierras en los tiempos de la
colonia. Esta danza es la fusión de tres culturas; la africana, la indígena y
la española que se combinaron para convertirse en la expresión coreográfica y
musical más representativa. La cultura negra contribuyó con el ritmo y los
tambores, la indígena con la caña de millo y la gaita, y el vestuario parece
ser de origen español. Tradicionalmente la cumbia se baila en parejas en sitios
abiertos, la calle o la playa. Los danzantes giran alrededor del grupo musical
que es el punto central de la fiesta y al mismo tiempo, hacen movimientos de
rotación sobre sí mismas. El significado de la cumbia es muy interesante, porque
es el testimonio de lo que el hombre negro tuvo que luchar para conquistar a la
mujer indígena, que por fin cedió para dar paso a una nueva generación. La
cumbia es para nosotros, los colombianos, el ejemplo de lo que es nuestra
sociedad en su esencia
El Bambuco
Ritmo característico de la zona andina
colombiana, cuyo origen se ha localizado en el departamento del Cauca, a
mediados del siglo XVIII, en el ambiento de los esclavos traídos de África. El
bambuco viejo, que hoy se toca y se baila en el litoral Pacífico, es una
supervivencia de él. Con el correr del tiempo, el bambuco fue adquiriendo
peculiaridades propias de cada región: en el Huila es por ejemplo el rajaleña,
en Nariño la guaneña o el son sureño y en Antioquia es el compromiso de dos
voces recias con estilo propio. Es la danza de mayor dispersión en el país y
por lo tanto en una época se consideró como la más representativa de lo
colombiano. La pareja se mueve siempre en ademanes serenos e insinuantes y el hombre
la persigue con timidez y la mujer responde con ingenuos coqueteos.
El
pasillo
Surge durante la época
independista en los Andes neogranadinos y grancolombianos en las
primeras décadas del siglo XIX como una adaptación del vals austriaco, variación que
determinó un cambio rítmico. El movimiento se hizo acelerado y hasta
vertiginoso en su forma coreográfica. En Colombia y Ecuador recibió el nombre
de pasillo y en Venezuela conservó el de valse. Se trataba de un baile “cogido” en que la pareja
estrechamente abrazada por la cintura debía girar velozmente muchas veces
hasta provocar el vértigo; eran frecuentes los desmayos en estos saraos muy
concurridos. Llegó
a ser un símbolo musical del mestizaje hispanoamericano.
La vencedora y La libertadora
Ambas compuestas en 1819, después de la
victoria del Ejército Independentista. La primera fue interpretada por el coronel José María Cancino junto a cinco
soldados en la Batalla de Boyacá. Esta pieza y otras tomadas de la misma época,
pudieron recuperarse gracias a las transcripciones para guitarra que hizo María
del Carmen Caicedo Jurado de Herrán (1818), de algunas de las piezas más
populares de las cuatro primeras décadas del siglo XIX.